Yo tenía un sueño

Yo tenía un sueño; no es imposible, más bien difícil. Pero, maldita mi estampa, siempre me dan manotazos de realidad; una realidad que no es mía, una realidad de otros que, viéndome escapar, me agarran y no me dejan subir mi escaloncito hacia mi sueño.
Con mi sueño no quiero hacerme rica ni famosa; simple y llanamente, quiero realizar mi sueño. Es como un castillo en las nubes, sus paredes se van tornando sólidas a cada escalón que piso, primero el suelo (estoy o estaba en ello) luego el resto.
Pero resulta que para contar todo esto, y que parezca real sin parecer una bruta, antes debo hacer varios cursos y pasar por la universidad. No sirve que en mi cabeza bullan letras, y que formen palabras, y frases pasando a párrafos y finalmente haber creado algo.
Primero debo volver a mí pasado y arrepentirme, si, arrepentimiento de no prestar atención a los números, pero si a la historia y formar imágenes en mi cabeza; a la literatura (aquí agradezco a Sor Almudena sus textos y libros para puntuar en los exámenes).
Me encanta leer, me vuelve loca la novela histórica. Pero, y mi sueño? Mi sueño lo forman letras, una tras otra, imitando a las procesionarias, bajo y subo y bajo... Y cuando creo tenerlo todo muy bien ordenado, lo dejo volar como una mariposa.
Hasta que vuelven a darme el manotazo...
Mis mariposas vuelan llenas de color, envuelven con su aleteo mis ojos. Poco a poco vamos construyendo mi castillo en las nubes rosas y blancas; y con las que sobran nos damos un banquete en la fuente de chocolate.

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